TIPOS DE CEMENTO PORTLAND
Los concretos hechos con cemento portland normal requieren aproximadamente de dos semanas para adquirir una resistencia suficiente que permita retirar la cimbra y aplicar cargas moderadas. Tales concretos alcanzan sus resistencias de diseño después de aproximadamente 28 días y después continúan ganando resistencia a un menor ritmo.
En muchas ocasiones es deseable acelerar la construcción por medio del uso de cementos de fraguado rápido, los cuales, si bien más caros, permiten obtener las resistencias deseadas en un periodo de 3 a 7 días en vez de los 28 días normales. Esos cementos son particularmente útiles para la fabricación de miembros prefabricados; en éstos, el concreto se cuela en cimbras en las que rápidamente adquieren las resistencias deseadas y luego se retiran las cimbras con objeto de usarlas nuevamente en otros colados. Está claro que cuanto más rápido se obtenga la resistencia deseada, más eficiente resultará la operación. Se pueden hacer consideraciones similares sobre el colado de edificios de concreto, piso por piso. Los cementos de fraguado rápido pueden también usarse con éxito en reparaciones de emergencias y para el concreto lanzado (en éste, un mortero o concreto se dispara a gran velocidad a través de una manguera hacia una superficie de antemano).
Existen otros tipos especiales de cementos portland disponibles. El proceso químico que ocurre durante el fraguado o endurecimiento del concreto produce calor. En estructuras de concreto colosales, como presas, losas de cimentación y pilares, este calor se disipa muy lentamente y puede generar serios problemas. Ocasiona que el concreto se expanda durante su hidratación. Al enfriarse, el concreto se contrae y se desarrolla con frecuencia un severo agrietamiento.
El concreto puede usarse en lugares en que queda expuesto a diversos cloruros y/o sulfatos. Tales situaciones se presentan en las construcciones marinas y en estructuras expuestas a diversos tipos de suelos. Se fabrican algunos cementos portland con bajo calor de hidratación y otros con mayores resistencias al ataque de los cloruros y sulfatos.
En Estados Unidos, la American Society for Testing and Materials (ASTM) clasifica los cementos portland en cinco tipos. Estos diferentes cementos se fabrican casi con los mismos materiales básicos, pero sus propiedades se modifican variando la dosificación. El cemento tipo I es el cemento normal usado en la mayoría de las construcciones, pero hay otros cuatro tipos útiles en situaciones especiales en las que se requiere un fraguado rápido o una generación baja de calor, o bien una resistencia mayor a los sulfatos:
Tipo I: el cemento común de usos múltiples empleado en trabajos de construcción en general.
Tipo II: un cemento modificado que tiene menor calor de hidratación que el Tipo I y puede resistir algunas exposición al ataque de los sulfatos.
Tipo III: un cemento de fraguado rápido que produce en las primeras 24 horas un concreto con una resistencia aproximadamente del doble que la del cemento tipo I. Este cemento produce calor de hidratación muy alto.
Tipo IV: un cemento de bajo calor que produce un concreto que disipa muy lentamente el calor. Se usa en estructuras de concreto de gran tamaño.
Tipo V: un cemento usado para concretos que van a estar expuestos a altas concentraciones de sulfatos.
Si el tipo requerido de cemento no está disponible en el mercado, puede adquirirse varios aditivos con los que las propiedades del cemento Tipo I se modifican para producir las características deseadas.
El concreto puede usarse en lugares en que queda expuesto a diversos cloruros y/o sulfatos. Tales situaciones se presentan en las construcciones marinas y en estructuras expuestas a diversos tipos de suelos. Se fabrican algunos cementos portland con bajo calor de hidratación y otros con mayores resistencias al ataque de los cloruros y sulfatos.
En Estados Unidos, la American Society for Testing and Materials (ASTM) clasifica los cementos portland en cinco tipos. Estos diferentes cementos se fabrican casi con los mismos materiales básicos, pero sus propiedades se modifican variando la dosificación. El cemento tipo I es el cemento normal usado en la mayoría de las construcciones, pero hay otros cuatro tipos útiles en situaciones especiales en las que se requiere un fraguado rápido o una generación baja de calor, o bien una resistencia mayor a los sulfatos:
Tipo I: el cemento común de usos múltiples empleado en trabajos de construcción en general.
Tipo II: un cemento modificado que tiene menor calor de hidratación que el Tipo I y puede resistir algunas exposición al ataque de los sulfatos.
Tipo III: un cemento de fraguado rápido que produce en las primeras 24 horas un concreto con una resistencia aproximadamente del doble que la del cemento tipo I. Este cemento produce calor de hidratación muy alto.
Tipo IV: un cemento de bajo calor que produce un concreto que disipa muy lentamente el calor. Se usa en estructuras de concreto de gran tamaño.
Tipo V: un cemento usado para concretos que van a estar expuestos a altas concentraciones de sulfatos.
Si el tipo requerido de cemento no está disponible en el mercado, puede adquirirse varios aditivos con los que las propiedades del cemento Tipo I se modifican para producir las características deseadas.
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